lunes, 2 de enero de 2012

Quiero (te quiero)

Título: Quiero (te quiero)
Por: Uriel Luviano



Quiero quererte. Quiero querer tus defectos y tus virtudes. Quiero querer lo que te hace única y lo que todas tienen. Quiero quererme mientras te quiero. Quiero querernos. Quiero aprender de tu frialdad. Quiero que me quemes con tu fuego. Quiero jugar contigo, quiero que me juegues. Quiero quemarme en una hoguera contigo. Quiero ahogarme en tu boca, ser tragado por tus labios. Quiero ser hipnotizado al borde de quedar catatónico por tus ojos color café. Quiero quedarme en ese mundo donde tú eres yo, yo soy tú, y los demás no existen. Quiero mudarme al mundo dónde no hay más que tu cuarto y nuestra casa es tu cama. Quiero nacionalizarme ahí y que me entierren ahí. Quiero ser tuyo en toda la extensión de la palbra. Quiero que hagas tuyas estas palabras, que guardes mis cartas en un cajón, que te quemes cada vez que te toco. Que te duelan los días en los que te falte, que me añores al borde de la histeria.

Quiero quererte. Te quiero de navidad, de cumpleaños y de día de reyes. Te quiero hoy y ayer. Te quiero mañana, pero no el mañana indefinido de los amantes ilusos, te quiero el mañana del que ama porque no tiene nada más. Te quiero en el mañana del que ama porque le va la vida en ello. Te quiero en el mañana que está a cinco segundos de ahorita.

Te quiero con toda mi puerilidad inconmensurable, te quiero con la seriedad de los tiempos de ayer. Te quiero sonriente, te quiero dormida, te quiero aquí, allá y ahora. Te quiero extraña, te quiero ajena, te quiero aunque no quieras que quiera quererte. Te quiero aunque te hagas la difícil. Te quiero contracorriente, te quiero cuesta arriba, te quiero de noche, con frío, lluvia y truenos. Te quiero de llevarte serenata y quedarme dormido en tu puerta, te quiero.

Te quiero aunque se oiga cursi, te quiero aunque sean palabras, te quiero aunque estén vacías. Te quiero tanto como es insensato quererte, que es mucho. Te quiero aunque signifique caminar de espaldas hacia el barranco. Te quiero aunque esté firmando mi sentencia de muerte. Te quiero porque está fuera de mi jurisdicción, te quiero por que no tengo de otra, porque sólo soy el que lleva a cabo los deseos de un ser que me controla y no conozco. Te quiero porque te vi, te hablé y me hablaste. Te quiero porque eres exactamente distinta a mí, porque eres diametralmente opuesta, pero igual.

Te quiero porque quiero. Punto.

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