lunes, 30 de enero de 2012

Prepárate, esto es guerra

Título: Prepárate, esto es guerra
Por: John Betancourt





Vi tu sonrisa venir, tu rostro lleno de asuntos de cama, donde no estaba más yo, donde ya no habito, donde ya no me sientes. Te he perdido. Me has olvidado. Dejas toda una catástrofe de sueños rotos sobre mi espalda, sobre lo profundo de mi pecho. Una marcha fúnebre se dibujó en mi rostro, el cadáver perpetuo de tantas noches infinitas, de tantos descontentos. Un nuevo olor es el intruso en el espacio que era mío, viene con su cara de niño sin travesura, con una soga invisible al cuello; su sonrisa un gesto hipócrita, una galante educación de competencia a escondidas, de miradas de rencor, de odio.
Hicieron de mí un montón de añicos, el muerto que apesta a un lado de la cama. Soy la sombra que cubre el sol, los residuos de una noche de alcohol y lujuria.  Me he vuelto tan visceral, de un corazón tan marchito como el triste y denso otoño. Los colores caen uno a uno entre mis manos con sus destellos de poca fe, sin la naturalidad de su encanto.
Esa imagen de parranda es de cada fin de semana, la misma situación que duerme en la rutina y en el tiempo libre aparece.
Tenía que verlo con mis ojos, sufrirlo en carne viva, atravesar ese dolor, porque era la única forma de poder respirar de nuevo, de salir de mi prisión invisible y caminar mis pasos de soldado. Pero tomo mi posición de verdugo, de mercenario, he visto tu cabeza en la palma de mi mano.
En escalas trazo mi plan de revancha, cobrare al mayor de mis deudos todas las sonrisas que me robo, todos mis suspiros vueltos asfixia y mi corazón que late con una nueva cicatriz, tu cicatriz.
La ilusión que hoy nace en tu lecho marchitara por acido de mi voz, mi palabra vuelta arma de guerra. Dispuesto estoy a emprender esta carrera, dejarte igualmente vacío, igualmente incompleto. Ven y dime tus secretos, serán el boomerang que dañara tu cuerpo, tus adentros. Es el momento de mentir, de pelear, de herir, de matar.

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