jueves, 19 de enero de 2012

Si puedes, vete...

Título: Si puedes, vete...
Por: Nicolas Gaona



Observé tu esencia, tu mirada llena de remordimientos, donde el amor ya no figuraba, donde yo me perdía, donde yo ya no estoy. Nos hemos ido. Nos hemos olvidado. Dejaste toda una serie de ilusiones perdidas sobre mi mente, sobre los restos de mi orgullo. Un preludio sádico se dibujó en mi careta, guarde un minuto de silencio por todas las noches que ya no serán, por lo que nos perdimos. La costumbre invasora se apoderó de lo que era nuestro, llegando con su falso rostro de alegría, con una daga de veneno; su falsa humildad, un triste aborto de moral, ética y cinismo.
 
Tu partida me convirtió en un trapo, condenó mi ser a vivir sobre la pestilente esencia de mi orgullo asesinado. Ya no soy el Sol que te cubre, sino la sombra que te idolatra. Amargo, mi presencia me resulta incomoda. Las historias de amor se convierten en intentos de realismo mal enfocado.
 
Ese rostro sonriente no vuelve, mientras la cordura duerme los vicios dominan.
 
Quizás tenia que pasar, sentir el ardor por mis venas, caí porque era la única forma de salir avante. Ahora soy lo que fui antes de ti, un despojo y nada mas.
 
No te sientas culpable, ambos morimos, nos preocupamos por escribir la historia pero nunca planeamos un final decente.
Las palabras que hoy brotan desde mis adentros no son reclamos sino desahogo, dejémosle todo al tiempo, en su manos esta el marchitarnos o el encontrar felicidad.
 
Mi armadura esta desactivada, puedes salir. Dispuesto me encuentro a esperar, olvidar tu piel, tus labios, tu pureza. Olvidarte por completo. Sólo ven y dime que ya no volverás, que no trataras de tomarme de nuevo, que tu mirada no volverá a violar la mía.
 
 
Sólo dime que ya no me amas, apaga la luz y deja la puerta abierta.

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