jueves, 21 de abril de 2011

Cuando los ojos engañan


Cuantas veces nos hemos limitado a nosotros mismos al permitirnos conocer a la gente con la vista antes que con el corazón. Y es que lo primero que hacemos es mirar, y muchas veces esto nos lleva a mal juzgar. ¿Acaso no hemos sido víctimas de la pérdida del tiempo? 
Esa amistad descubierta a último momento y disfrutada por poco tiempo, tan solo por haberla juzgado mal. A veces me gustaría mirar a la gente más con el corazón y menos con los ojos. 
Hoy conocí a alguien, no le vi personalmente, ni siquiera por foto, sólo escuché su voz. Y encontré que poseía belleza. Que curioso me pareció cuando entre charla y charla me contó que uno de sus problemas es sentirse poco atractiva. Fue allí donde entendí, que tal vez, si le hubiese visto primero tal vez no hubiera nacido ni la curiosidad de conocerla. Pero sucedió lo contrario, me permití conocerla sin verla, y oh sorpresa, que sin su apariencia de por medio, le considero ya una amiga y tanto agradable como atractiva.


Cuando los ojos engañan es mejor aprender, 
que en ocasiones con el corazón es necesario ver;
pues ni el más sabio del mundo podría  prever,
en qué momento una  amistad podríamos perder.

Por: Hebert Lucero

2 comentarios:

  1. hermoso comentario n_n tienes mucha razon henert si tan solo miraramos con el corazon todo seria distinto y verdadero por qe es lo qe mas inporta..

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