El, tu y yo

Titulo: El, tu y to

Por: Ilse McCarthy

Yo, la mujer que revive su instinto, dueña de sus más exquisitas locuras

Aquella que revive su sentido explorador y aviva su cuerpo en cada aventura

Tu, la mujer de su ayer, a la que un día prometió ante los ojos de Dios, serle fiel

Hoy eres tan solo la que camina en silencio a su lado fingiendo que aun todo está bien

Yo, soy esa que con un roce de la piel, una mirada fija puede hacerle estremecer

Soy aquella que noche con noche, en un golpe inconsciente, te esmeras por vencer

Tu, fuiste la primera en la lista tantos años, pero hoy la palabra clave es "fuiste"

Pues sabes bien que aunque lo ignores, con otras mujeres él se desviste.

Yo, lo admito de forma sínica, qué más da…soy el suspiro de sus tentaciones

No podrías imaginar los relatos que esconden las camas destendidas de esas habitaciones

Tú, te esfuerzas en mantener encendida una llama que hace tiempo escapo de tus manos

& te aferras a un sentimiento que ayer te hizo feliz pero que hoy solo te causa daño

Yo, la princesa de sus fantasías, soy el cuerpo delicado y atrevido que provoca su curiosidad

& siento decirte que este mismo cuerpo se robo la poca inocencia que guardaba su fidelidad

Tu, aquella que observa con cuidado el anillo en su mano, como si fuera una promesa protectora

La monotonía te llevo a ser un recuerdo que hoy se entierra en el cementerio de su memoria.

Yo soy el veneno que endulza su sonrisa y el deseo carnal que con una mirada su piel erizó

Soy esa que invitó a su conciencia a callar y solo observar como dos cuerpos se funden en pasión

Tú, sigues abrazándolo con fuerza como si así pudieras aprisionar la ilusión que ya está muerta

Los tres lo sabemos, no hagas como que no conoces al hombre que a tu lado despierta.

Yo, su desequilibrio pasional, mi energía liberal lo llevo a improvisar e innovar el arte de amar

Las incitaciones prohibidas le dieron ese respiro de juventud que lo colma de vitalidad

Tú, eres su estabilidad emocional, aquella que todo hombre necesita para sentirse seguro

Pero en tu perfecta labor de esposa olvidaste como ser amante, su mirada me lo dice y sin dudar te lo aseguro

Yo, aun después de todo estos versos, después de todos esos besos, sé que no soy nada para el

& aunque hoy sonría confiada de que es mi cuerpo el imagina en la noche, llevo las de perder

Pues tú, eres su verdad, su vida real. Y lo sé, después de vivir mil fantasías a mi lado, vuelve con su mujer

En esta vida, tú has ganado, tengo que admitirlo, pues mantienes tu honor intacto & una vida pura que yo jamás podre conocer.