jueves, 11 de agosto de 2011

El grito de la mariposa



El dragón de humo suspira antes de ser tragado por el vientre frío de la noche mientras esperas anodinos visitantes, horas sudorosas, hastío de horas sudorosas.
Abres la ventana interior que te lleva lejos de la calle, a un mar de estrellas donde nadie te alcance.
Un grito de una mariposa deshace el encanto y rezas por que no te suceda lo mismo durante un largo tiempo.
Enciendes otro cigarro y los dragones de humo te velan graciosamente, tu cuerpo amurallado de caricias, recuerdos de otras caricias.
El callejón emite otro grito de mariposa. Esto va en serio.
Sueltas pasos a tus pies sin voltear a la temida cueva del lobo. Deseas ahogar tus miedos en una cálida taza de café bajo una luna falsa.
Pasos y suspiros como huellas plantas en tu camino hacia un oasis.
Pero, ¿a dónde huir? ¿A quién llorarle si la desgracia misma es tu vestido, aliento y coraje? Solamente a tí pequeña valiente.
La mariposa moribunda ha desaparecido pero su grito de ayuda te aprisiona y congela.
Vaya huída a la nada, sigo viviendo con ese peligro.
Otra vez será la trágica noche acompañada de fatuos arcanos.

Samantha Rangel Jefroc.

1 comentario:

  1. la literatura es bastante compleja y avanzada, sigo pensando , que solo se retrata a una persona, en la ventana fumando, para tratar de olvidar algunos problemmas.

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