miércoles, 31 de agosto de 2011

A quien corresponda...


Titulo: A quien corresponda...
Por: Zyanya Tanahara.



A través del tiempo, la historia de la humanidad se ha caracterizado por ser cíclica,  por retomar inconscientemente los mismos hábitos y costumbres después de un periodo determinado. La sociedad de la que tanto nos vanagloriamos no es más que una imitación evolucionada de las pertenecientes a nuestros ancestros.
Egipto, una gran civilización ante los ojos de la historia. El poder y las riquezas se concentraban principalmente en el Faraón y sus allegados, los nobles, escribas y sacerdotes. Después estaban los artistas y artesanos junto con los campesinos. Tenían una vida dura, pero podían subsistir gracias a su trabajo. Finalmente, estaban los siervos y esclavos, en el fondo de la jerarquía, haciendo los trabajos más sucios y menos deseados, viviendo en la miseria.
Roma, uno de los imperios más grandes jamás construidos. Los patricios eran la cúspide de la aristocracia, poseían todos los privilegios fiscales, judiciales, políticos, y culturales. Muy cercanos a ellos estaban los nobles, quienes eran plebeyos ricos. En el siguiente nivel, se encontraban los plebeyos, que gozaban de algunos derechos y privilegios atribuidos a los ciudadanos. Al último se encontraban los esclavos, quienes eran considerados posesiones sin derechos.
Grecia, Mesopotamia, Persia, India, las civilizaciones Azteca, Goda, Inca, todas con el mismo patrón.
México colonial. Dominado por españoles que ocupaban todos los puestos religiosos y gubernamentales. La siguiente clase social la conformaban los criollos, que si bien tenían privilegios, difícilmente podían acceder a las esferas más altas del poder.  En el fondo, mestizos y esclavos ocupaban su lugar.
Pero todo cambió con la llegada de la independencia, ¿cierto?. Se eliminaron todas las desigualdades sociales con el sistema completamente innovador que surgió después de eso. Los criollos ahora podían acceder a las altas esferas, y los que estaban en ellas fueron despojados de su poder.
Es fácil observar el algoritmo seguido. Todas las sociedades siempre se han caracterizado por estar conformadas básicamente por tres niveles: el alto, el medio y el bajo. Los que se ubican en el estrato superior gozan de todas las comodidades y privilegios posibles. La clase media es la clase trabajadora que tiene lo suficiente como para subsistir y llevar una vida medianamente holgada, mientras que la clase baja es la clase obrera.
En todos los "cambios" que se han dado en las historias de la sociedad, se sigue aproximadamente la misma pauta. La clase media gracias a su nivel de educación promedio se da cuenta de que existe una esfera social que tiene más que ella. Comienza a rebelarse, sin embargo, el número de sublevados es demasiado pequeño como para ser considerado una molestia. Entonces recurren a la clase de la cual siempre se glorificaron de ser superiores: la clase baja. Como estos conforman la mayoría de cualquier sociedad, se convierten en una peligrosa amenaza. Después de la lucha, las clases hacen un giro. La clase media que se rebeló pasa a formar parte de las altas esferas, mientras que los que se encontraban ahí se encuentran con su final o bajan al estrato medio. Los del nivel bajo siguen igual, sin algún cambio radical. 
Pero en la actual y realmente civilizada sociedad demócrata, no son necesarios estos cambios. La jerarquía permanece inamovible. Porque ya es un sistema perfecto…No, porque ahora la esfera alta se ha dado cuenta de como no ser despojada de su poderío. Un arma ancestral que fue descubierta ligeramente por la religión: La ignorancia.
Se preguntarán, ¿Pero de qué me he perdido? Conozco perfectamente el mundo que me rodea. Bien, yo les sugiero, pregúntense mejor, ¿Qué es lo que no me han dejado ver? ¿Por qué me ha sido ocultado?.
Una cuestión  clave en todo este desarrollo es: ¿Quiénes son los que tiran de los hilos de la historia?. La clase alta de nuestros tiempos se encuentra enmascarada. Personajes pertenecientes al gobierno junto a opulentos empresarios llevan las riendas de nuestro mundo, tomados de la mano con una vieja amiga: la religión, y con una nueva figura: los medios de comunicación.
Ellos en conjunto rigen nuestras vidas, y no somos más que títeres que trabajan a su placer y satisfacen sus deseos.
Peor aún, nos impiden darnos cuenta de nuestra impotencia. Nos tienen cegados. Es que un pueblo ignorante es más fácil de gobernar. ¿Por qué creen que nuestra educación y cultura están decayendo?. Somos un pueblo decadente. Nuestro sistema educativo está planeado para educar a futuros trabajadores de maquiladoras, porque, ey, es un negocio rentable. Cada año sacan nuevas reformas, recortan nuestros programas y enseñan menos.  ¡Y a todos les parece genial!  Porque es menos trabajo, por tanto será más fácil divertirte y terminar la escuela. ¿Cuántos se toman con seriedad la escuela? ¿Están conscientes de que todo su futuro depende de cuanto logren aprender?, de si están adquiriendo al menos los conocimientos necesarios para luchar por un lugar en la universidad, ni se diga para terminarla. Mientras sigan sintiendo apatía por aprender y estén en la gloria con el no saber, no cambiarán las cosas.
Además, tristemente, vivimos en un país donde como diría Bástiat "La ley, ¡pervertida! La ley y tras ella todas las fuerzas colectivas de la nación, ha sido no solamente apartada de su finalidad, sino que aplicada para contrariar su objetivo lógico. ¡La ley, convertida en instrumento de todos los apetitos inmoderados, en lugar de servir como freno ! ¡La ley, realizando ella misma la iniquidad de cuyo castigo estaba encargada!…" Esa unión entre estado y personas opulentas no ha dado más resultado que el que ahora la legalidad dependa del tamaño de tu billetera. ¿Cómo podemos tratar de acercarnos a un modelo de justicia si negra es su encarnación humana?. Es una justicia falsa que expía sus pecados cada Domingo en la iglesia.  
Los adultos votan por el PAN, el PRI, el PRD, ¿Cuándo votarán en pos de la humanidad?.
Pero tranquilos, la situación es comparable en el resto del mundo, así que debe estar bien, ¿cierto?.
Los medios de comunicación nos tienen subyugados. Enseñan a guiarse por marcas, a seguir estereotipos. Atrofian el cerebro y hacen que nos olvidemos de las cuestiones vitales. Enlazados con los que tienen poder, encaminan nuestro pensar a su conveniencia, nos dan el enfoque "correcto" de las situaciones.  Nos dicen que comer, que vestir, como actuar, privándonos de nuestra habilidad única como seres humanos de decidir.
Vistes Hollister, American Eagle, Aeropostale… Y al final de cada temporada esa ropa adquirida con el sudor, fruto del trabajo humano, no es más que desechos. "La moda es una forma de fealdad tan intolerable que nos vemos a cambiarla cada 6 meses"  dijo sabiamente Oscar Wilde.
Comes en las grandes cadenas que llenan el bolsillo de los que están por encima de nosotros, tu vida no tiene importancia, es sólo una cifra reemplazable al final del día en la nómina. 
Y cada semana es de fiesta, de tomar, bailar, fumar. Envenenar lentamente tu cuerpo. Pero nunca nadie te lo dirá, porque eres un ingreso más para el sistema capitalista. Sólo un ingreso mientras sonriente consumes su veneno, y pagas radiante por él. Sólo un ingreso cuando llega la enfermedad, con el cáncer, el SIDA, la cirrosis, y sus caros tratamientos, las costosas medicinas que tratarán de curar lo que la misma necedad causó. Sólo un ingreso en tu funeral, cuando al fin descanses en la fosa que tu mismo cavaste.
De los 6775 millones de habitantes del planeta, un quinto viven en la pobreza extrema.  1345 millones de personas viven en la más extrema pobreza en el mundo, por definición, personas que subsisten con menos de 1.25 dólares al día. ¿Han visto la mirada inocente de un niño que muere de hambre? Mientras ve el paulatino decaimiento de su propio cuerpo, la impotencia. Él en su ingenuidad conoce mucho más acerca del sufrimiento del mundo que ustedes. Pero a ti te gusta encerrarte en tus lastimeros aquejes cotidianos, y le das la espalda al mundo.
Cada año mueren 8 millones de personas alrededor del mundo porque son demasiado pobres como para seguir vivas. 22, 000 niños mueren cada día por pobreza, hambre, por enfermedades fácilmente previsibles, aproximadamente 15 niños cada minuto. Si, mientras estoy hablando, están muriendo, en muchas partes del mundo. 
Por supuesto que te concierne. El planeta late, respira a la par de uno. No somos distintos, no somos más que partes de un inmenso ser vivo. Cada vez que eliges sufragar a las grandes compañías, esas que contaminan nuestro ambiente, que envenenan como toxina nuestro planeta poco a poco y reducen nuestros recursos y cómo bono especial, añades un grano más de contaminación al planeta. Lo matas un poco más. Si, tu las instas a seguir cada que eliges sus productos.
Mientras nuestro sistema perdure, sistema basado en industrias, el capitalismo prevalecerá. Y entonces las desigualdades sociales, la contaminación, que son raíz de otros problemas como las enfermedades, el crimen, etcétera, todas ellas prevalecerán.
¿Qué es lo que tiene que pasar para que las cosas cambien? ¿Qué tan fuertes tienen que ser los gritos que piden auxilio de nuestro mundo? ¿Será como Naomi Klein afirma en su doctrina del shock, que no hay cambio real al menos de que haya crisis?
No se si alguien ha tenido la fortuna de leer "Un mundo Feliz", de Huxley, o 1984, de Orwell, pero en tales obras se presentan sociedades disfrazadas bajo el título de utopía,  de las que ya no hay escape.  Está tan arraigado a la vida de las personas, que simplemente el cambio ya no es posible. Finalmente la clase alta tiene asegurado un lugar de poder que jamás podrá ser removido.
Aún estamos a tiempo de cambiar. No es un esfuerzo tan difícil como ir a África a alimentar a los moribundos. ¿Qué cualidad es la que todo el sistema se esfuerza en suprimirnos?. Esa que no le conviene que tengamos, hacia la cuál van enfocados todos sus ataques.
Pensar. Si empezaran a cuestionar el por qué de su alrededor, por qué tener que seguir a los demás, y por qué conformarse con lo que tu medio te da, entonces, y sólo entonces, el cambió será posible. Porque todas las mentes comprenderán que hay algo mejor que el beneficio propio.

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