sábado, 10 de noviembre de 2012

Las piedras y el monitor



"Las piedras y el monitor"

Uno de esos pasillos largos,
en los que solo hay oscuridad,
me abrazó con tintes amargos
de profunda seriedad.

La luz al final de el pasillo
se aleja y volteo otra vez
y escucho resonar el martillo
que tira las paredes a mis pies.

El concreto me embarra en el piso,
grito por ayuda pero hay dolor,
el techo ya se deshizo
cae a mis hombros sin temor.

Ningún hombre sabe de esto
pero en fin nadie nunca sabe
y rodeado a todo lo que me presto
se sale la única mirada que no cabe.

Veo la luz, pasó un día más,
mis labios secos ruegan piedad,
aún así doy un grito vivaz,
y escucho las pisadas en la ciudad.

Quitan las piedras de mi cuerpo
y no puedo sentirlo,
me mataron el viento y el tiempo
pero seguía vivo.

Un río rojo de mi interior salió,
pensé que todo estaba bien,
desde ahí todo empeoro
y no distinguía quien era quien.

En la habitación blanca
el monitor tendió un solo tono
indicando la caída de esta ancla
y llenando el mar de total abandono.
 
-Gabriel Franco.

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