jueves, 20 de diciembre de 2012

¿Cómo sería amarte en viceversa?




¿Cómo sería amarte en viceversa?

Por: Ilse McCarthy

Quiero amarte al derecho y al revés, a tiempo con el tiempo y en contra de él, a favor del viento, contra la marea, en dirección al horizonte o directo al centro de la tierra, como dirían los grandes poetas.
Quiero amarte de ida y de vuelta, en un amor sin reversas pero que camine de atrás hacia adelante, quiero amarte en el sentido de las manecillas del reloj y viceversa.

Quiero conocerte en la vejez, en esos años donde la vida termina; o en este caso comienza. Quiero conocerte y enamorarme de ti siendo viejos, siendo nuestra versión más lenta y menos candorosa pero al mismo tiempo nuestra versión más sabia y madura.
Quiero enamorarme de ti mientras la vida se me acaba; o en este caso empieza a rejuvenecer. Quiero involucrarme en tus pasos añejos donde la vida te hace conocedor, tomar por primera vez tus manos en ese tiempo en que están llenas de caricias que no recuerdas.
Quiero enamorarme de ti como los jóvenes mientras somos viejos y poco a poco ir volviendo a la madurez de nuestros años de adultez para amarnos de verdad.

Quiero llegar a amarte en la madurez, ahí donde ya estaré enamorada de ti por todo lo que la vejez y la sabiduría nos hicieron compartir. Ser maduros, ser hombre y mujer mayores invadidos por una vitalidad que solo el amor en crecimiento puede dar.
Quiero estar enamorada de ti durante mi madurez como mujer completa, luchar contra la crisis de los 60, las preocupaciones de los 50 y las enfermedades inevitables de la vida...junto a ti. Que fortalezcan nuestra relación unas cuantas enfermedades, que seamos cómplices entre las pastillas y las visitas al médico.
Quiero llegar a amarte cuando alcances esa edad perdida entre los deseos de un joven y la cruda realidad de ser un hombre maduro y que me ames con mis problemas de mujer “pasada” y mis ilusiones de seguir siendo la joven doncella del ayer.

Quiero que nos amemos en el camino a la juventud, llenarnos de sueños y proyectos después de habernos comprendido en la madurez de ser adultos. Que nuestro amor crezca con la vitalidad que sólo el rejuvenecer entrega. Dejar trabajo y preocupaciones de adulto para entregarnos a la vida, al amor, a ser jóvenes, a ser tontos enamorados y aventureros del “quizás”.

Quiero que caminemos de ida hasta la pubertad, con esas platicas que la vejez nos dejó, con la comprensión que la adultez nos regaló y con la vitalidad que el ser jóvenes despertó en el ayer del amor.
Quiero amarte con la locura que sólo la pubertad puede guardar, con esas frases cursis, con esas realidades fantásticas, esas promesas eternas y esa impaciencia por amar. Que nos envuelva la inocencia y despierte en nosotros la promesa del por siempre, aunque sea tarde o aunque llevemos una vida ya conociéndonos, comprendiéndonos, amándonos.

Quiero que seamos compañeros de la vida cuando lleguemos a la niñez, ahí donde lo único que se quiere es un compañero de juego, un cómplice del cariño, un amigo del amor. Quiero que el amor sea tan grande para ese entonces que nuestras peleas no vayan más allá de los problemas cotidianos de un niño y que el perdón venga 2 minutos después puesto que en la inocencia poco importan las peleas si no el volver a tenerte cerca.
Quiero llegar a ser niña y saber que te tengo como compañero de vida, como amor de la misma. Que cargamos las memorias de una vejez compartida, la fuerza de la problemática de sobrevivir a la madurez, la vitalidad de ser jóvenes enamorados y libres, la ilusión eterna de haber sido pubertos enamorados y la inocencia incomparable de los amigos que sólo viven en la infancia.

Quiero dedicarte mis últimos días, que también son los primeros, solo a ti. A divertirme y que te diviertas, que descubramos lo poco que se nos escapó del mundo juntos. Quiero amarte siendo infante sin mentiras, sin rencores, sin sentimientos pecaminosos. Entregar mis últimos respiros a amarte con la sinceridad que ama un niño.
Quiero morir junto a ti, en la misma cuna donde tus ojos bellos y profundos me digan que nos amamos de la mejor manera, al derecho y al revés, de ida y de vuelta, en verdad y en viceversa.
Quiero amarte con el tiempo y en contra de él.

Ilse McCarthy.

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